No hay nada como cenar ensalada he irse uno a la cama sin
esa sensación de empacho. Porque para la
actividad física diaria que tenemos algunas personas no es necesario cenar un jabalí al más puro estilo “Asterix y
Obelix” y agonizar por indigestión
mientras soñamos con batallas, jajajajaja (si, algunos ya saben a qué me
refiero).
La receta que voy a explicar es muy sencilla, os parecerá una
chorrada, pero a veces algo sencillo es ideal para iniciados, perfecto para
vagos y socorrido para gente con prisas.
En primer lugar cojo un tomate mediano y dos hojas de lechuga de roble grandes, o cuatro medianas en su defecto. Las meto en la pila del fregadero con agua caliente durante unos minutos para que se templen y no estén tan fríos. A continuación parto el tomate por la mitad, le quito el corazón y lo troceo en gajos (más pequeños que los de una mandarina). Luego corto la lechuga en trozos horizontales (teniendo en cuenta el nervio). Corto un poco de cebolla, y troceo media loncha gruesa de jamón york en taquitos, después añado sal, orégano, una cucharadita de aceite de oliva, y una cucharada de vinagre de cava, remuevo la ensalada ¡y listo!
No hace falta seguir todos los pasos al pie de la letra, siempre es bueno improvisar ;) . Y si os quedáis con hambre podéis acompañar la ensalada de: unas tostadas, una pieza de fruta, un poco de sopa, un pequeño bocata, queso fresco…algo que no os resulte muy pesado por la noche.
En primer lugar cojo un tomate mediano y dos hojas de lechuga de roble grandes, o cuatro medianas en su defecto. Las meto en la pila del fregadero con agua caliente durante unos minutos para que se templen y no estén tan fríos. A continuación parto el tomate por la mitad, le quito el corazón y lo troceo en gajos (más pequeños que los de una mandarina). Luego corto la lechuga en trozos horizontales (teniendo en cuenta el nervio). Corto un poco de cebolla, y troceo media loncha gruesa de jamón york en taquitos, después añado sal, orégano, una cucharadita de aceite de oliva, y una cucharada de vinagre de cava, remuevo la ensalada ¡y listo!
No hace falta seguir todos los pasos al pie de la letra, siempre es bueno improvisar ;) . Y si os quedáis con hambre podéis acompañar la ensalada de: unas tostadas, una pieza de fruta, un poco de sopa, un pequeño bocata, queso fresco…algo que no os resulte muy pesado por la noche.