Últimamente le he cogido el gusto a esto de cenar de vez en
cuando acelgas, pero sin abusar de echar patata. Así que un día se me ocurrió
prepararlas de esta manera, y la verdad es que se acompañan bastante bien.
Tan solo hay
que trocear una cebolla mediana-pequeña de tal manera que quede en gajos que
separaremos, luego pelar dos zanahorias medianas, cortarlas por la mitad y
trocearlas en tiras finas. Añadir a la sartén ya precalentada a fuego medio un
vaso de agua, una cuchara de sal gruesa y un chorrito de aceite de oliva
virgen. Dejar cocer quince minutos a fuego medio, removiendo cada cinco
minutos. Y añadir cuatrocientos gramos de acelgas (frescas y lavadas, o
congeladas y sacadas un día antes al frigorífico), mezclarlas bien y dejarlas a
fuego medio otros diez minutos como mucho. ¡Y ya tan solo es servir!
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