Aquí va otra de mis improvisaciones espontáneas. Cuando
vayáis a comprar la palometa pedirle al pescadero que os deje solo los
lomos. Lo congeláis durante dos
días, y con dejarlo el día antes de cocinarlo en el frigorífico (en un plato o
tupper) para que se descongele, vale. Primero pelamos y cortamos los culos de
cuatro zanahorias grandes, y las cortamos en rodajas normales, luego troceamos
media cebolla grande. Calentamos a fuego medio-alto una sartén grande con una
cucharada de sal gruesa, otras dos cucharadas de aceite de oliva virgen y agua
suficiente como para cubrir la cebolla y la zanahoria. Dejamos veinte minutos
aproximadamente, removiendo cada cinco minutos y añadiendo un poco de agua
cuando sea necesario para que no se pegue al fondo de la sartén. Una vez esté la
zanahoria en su punto o un poco más hecha (dependiendo del gusto de cada uno),
escurrimos todo y lo reservamos. Lavamos, aclaramos y secamos la sartén y
llenamos de aceite de oliva virgen hasta cubrir un poco el fondo,
y calentamos a fuego medio. Por otro lado, pasamos por huevo batido los lomos
de palometa, luego por harina de maíz, y los colocamos en la sartén. Esperando entre cinco o diez minutos hasta darles la vuelta para que se hagan por la otra
cara. Una vez frito el pescado lo escurrimos y reservamos con la zanahoria y la
cebolla cocinadas. Echáis seis u ocho cucharadas de mayonesa en un cuenco con
el zumo de un limón exprimido, y lo mezcláis hasta que quede homogéneo (si os
parece muy líquido podéis añadir más mayonesa). Y ya tan solo es repartir las
raciones y echar la salsa a gusto de cada uno.
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