Bueno, aquí va otro de mis experimentos en la cocina. La
verdad es que llevaba tiempo queriendo cocinar un pescado de este tipo con
naranja y limón, y no me arrepiento porque quedó riquísimo.
Lo primero es ir a la pescadería y comprar dos doradas (u
otro pescado con sabor similar) y pedir al pescadero que las limpie abriéndolas
a la mitad y sin espina. Una vez en casa las lavamos con agua un poquito y
metemos a congelar, en un tupper o bolsa hermética, durante cuarenta y ocho
horas mínimo. Sacamos al frigorífico un día antes de cocinarlas para que se
descongelen de forma adecuada. Para cocinarlo necesitaremos la bandeja de horno
alta, llena hasta la mitad de agua, con las tres mitades (lomos) de doradas
centrados y colocados en paralelo los unos de los otros con la cara con piel
tocando el fondo de la bandeja. Luego ponemos alrededor del pescado: nueve ajos
laminados, una cebolla mediana laminada también, y un pimiento rojo y otro
verde medianos cortados en tiras. Salamos un poco el pescado con sal de escamas
o sal gruesa, echamos encima de cada
lomo de dorada dos pizcas de especias para pizza, una pizca e eneldo, de
orégano, de perejil y variedad de pimientas molidas. Y por último partimos a la
mitad un limón y una naranja, y disponemos dos rodajas de cada fruta encima de cada lomo. Exprimimos el equivalente
a un limón y una naranja medianos añadiéndolo a la bandeja por la zona donde
hemos colocado las verduras, junto con un chorrito de vinagre normal y tres
cucharadas de vinagre de Módena de vino blanco. Con el horno ya precalentado a
doscientos grados, metemos la bandeja en el horno y esperamos treinta y cinco
minutos, bajamos la temperatura a ciento cincuenta grados durante veinte
minutos… ¡Y listo!