Ensalada con mozzarella y jamón serrano (para una persona):

La verdad es que cuantas veces he visto la típica bolsa de bolitas de mozzarella, hasta que hace más de un año sucumbí a la tentación con una combinación espontanea que me gustó bastante. 

Corté en gajos un tomate de pera mediano, dos hojas de lechuga de Valladolid medianas, usé solo una lasca de cebolla, diez bolitas de mozzarella, media loncha gruesa de jamón serrano troceada en cuadraditos, vinagre de Modena de vino tinto y salsa cesar casera a mi gusto (un buen chorro). 

Para hacer la salsa cesar necesitamos mezclar en un cuenco: un tercio de un tarro estándar de mayonesa (y un par de cucharadas más), dos cucharadas de mostaza, dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra, un limón exprimido y, sal y pimienta a gusto de cada uno (con estas cantidades podéis hacer salsa para dos o tres ensaladas).

Acelgas rehogadas con ajo y uvas pasas (para cuatro comensales):

Hace unas semanas me recomendaron esta receta en una tienda, así que la he probado... Si ya vuelvo con la fiebre por las pasas. 

Bien, primero compramos acelgas para cuatro personas, retiramos las hebras, las troceamos y lavamos bien para retirar posibles restos de arena. A continuación las cocemos en una cazuela baja con el culo de un vaso de aceite de oliva virgen, una cucharada con copete de sal gruesa, un chorrito de vinagre de Modena de limón, y cuatro patatas medianas ya peladas, lavadas y troceadas. Dejamos cocer a fuego medio hasta que la patata esté en su punto (removed cada cinco minutos). Una vez hecho escurrimos, y en una sartén con un poquito de caldo de la verdura y de aceite de oliva virgen freímos a fuego medio ajos cortados en láminas y cuatro puñados de uvas pasas, removiendo de vez en cuando para que no se peguen. En cuanto los ajos estén en su punto retiramos y echamos por encima de las acelgas… ¡Y a disfrutar!

Arroz con gambas, ajetes y pasas (para cuatro comensales):

¡Viva las uvas pasas! Si, vuelvo con una receta que se me ocurrió aquella racha que improvisé con las uvas pasas… Y la verdad es que me gustó bastante por lo que he decidido colgarla aquí. 

Primero llenamos una cazuela con cuatro tazones de agua, y tres cucharadas rasas de sal gruesa. Dejamos alcanzar el punto de ebullición a fuego alto, entonces echamos ocho puñados normales de arroz. Esperamos a que comience a hervir de nuevo y bajamos a fuego medio, removiendo cada cinco minutos. Pasados diez minutos, escurrimos el arroz y lo reservamos. 

El siguiente paso es trocear seis ajetes, medio pimiento rojo grande y un pimiento italiano verde. Y freírlos con aceite de oliva virgen a fuego medio junto con cuatro puñados de uvas pasas sin titos. Removiendo cada cinco minutos hasta que se doren, escurriéndolo todo bien y mezclándolo con el arroz.

Y por último freímos mil quinientos gramos de gambas (ya descongeladas y limpias) a fuego medio-alto con poco aceite, una vez suelten el agua escurrimos la mayoría,  y seguimos friendo las gambas removiendo cada pocos minutos para que no se peguen, hasta que estén en su puto. Las escurrimos para mezclarlas con el resto de ingredientes… ¡Y listo!

Pizza de anchoas, jamón York y pimientos de Padrón (para dos o cuatro personas):

Bueno, ahí os dejo otra de mis invenciones. 

Primero preparamos la masa de la pizza con una harina específica para ello y siguiendo sus instrucciones. Una vez esté lista la masa, la colocamos en la bandeja del horno habiendo puesto antes papel para hornear. Aplicamos una capa de tomate frito cubriendo lo justo la masa, cinco o seis lonchas de queso tierno (hasta cubrir la zona ya cubierta de tomate frito), especias para pizza y orégano a gusto de cada uno. 

Lo siguiente es cubrir la mitad derecha de la pizza con: media loncha gruesa de jamón de York cortada en taquitos, seis pimientos de Padrón cortados en rodajas finas, y un poco de maíz de lata. Y en la mitad izquierda de la pizza poner: anchoas en conservas hechas tiras (no os paséis), cebolla picada en cuadraditos, y unos champiñones laminados. Ahora en ambas mitades añadimos aceitunas negras cortadas por la mitad, más especias para pizza y orégano, y queso de oveja semicurado rallado. 

Mientras hemos colocado los ingredientes en la pizza hemos encendido el horno a doscientos grados. Una vez terminada la introducimos a hornear durante veinticinco minutos ¡Y listo para comer!

Alubiones con caldo de alcachofas (para cuatro personas):

Teniendo ya guardado caldo de alcachofas del día anterior, lo añadí a la olla. Junto con a cuatro ajos gordos troceados en cuatro cachos cada uno, cuatro zanahorias limpiadas y troceadas también, y un trozo de chorizo de ocho dedos de largo cortado en cuadrados. 

Dejé cocer a fuego alto y entonces añadí los ocho puñados de alubiones que tuve a remojo tres días antes (cubiertos de agua con una cucharadita de bicarbonato, cambiando el agua y el bicarbonato cada día, y aclarándolos varias veces antes de añadirlos a la olla). Llené la olla de agua hasta cubrir los alubiones dos dedos por encima. Cuando el agua comenzó a hervir de nuevo, tapé la olla y coloqué el dispositivo en la posición uno, dejé coger presión y bajé el fuego a medio-alto. Dejando cocer durante cuarenta minutos… Y la verdad es que me gustó bastante el resultado así que decidí colgar la receta aquí. 

Ensalada con fresas y rulo de cabra (para una persona):

Ahí va otro de mis inventos, que seguro que se le ha ocurrido la misma receta a más de uno. 
Troceamos cuatro fresones medianos, dos tomates morenos medianos, dos hojas grandes de lechuga de roble, una lasca de  de cebolla, y una rodaja de rulo de cabra (de un centímetro de grosor o más) troceada. Aliñamos con aceite de oliva virgen y vinagre de Módena de limón. ¡Y listo!

Tres canapés (para un comensal):

Bien, el primero que voy a explicar es una idea que me dio el dueño de una carnicería a la que suelo ir. Simplemente consiste en cortar una rebanada de pan o una tostada y colocar unas láminas de queso de rulo de cabra o queso brie, luego untar un poco de paté de pato o a las finas hierbas, y por último colocar unas uvas pasas sin titos. 

Las dos siguientes ideas para canapés se me ocurrieron sobre la marcha. Tan solo hay que untar margarina en la tostada o rebanada de pan, luego colocar ensalada de pimientos o pimiento del piquillo en tiras, y unos lomos de anchoas en conserva de aceite oliva. Y ya tan solo queda por explicar el tercer canapé; se unta queso Philadelphia en la tostada, luego colocamos unas ciruelas pasas desmigadas con solo dos lomos de anchoas en conserva de aceite de oliva… ¡Y listo!

Dorada al horno con limón y naranja (para tres comensales):

Bueno, aquí va otro de mis experimentos en la cocina. La verdad es que llevaba tiempo queriendo cocinar un pescado de este tipo con naranja y limón, y no me arrepiento porque quedó riquísimo. 

Lo primero es ir a la pescadería y comprar dos doradas (u otro pescado con sabor similar) y pedir al pescadero que las limpie abriéndolas a la mitad y sin espina. Una vez en casa las lavamos con agua un poquito y metemos a congelar, en un tupper o bolsa hermética, durante cuarenta y ocho horas mínimo. Sacamos al frigorífico un día antes de cocinarlas para que se descongelen de forma adecuada. Para cocinarlo necesitaremos la bandeja de horno alta, llena hasta la mitad de agua, con las tres mitades (lomos) de doradas centrados y colocados en paralelo los unos de los otros con la cara con piel tocando el fondo de la bandeja. Luego ponemos alrededor del pescado: nueve ajos laminados, una cebolla mediana laminada también, y un pimiento rojo y otro verde medianos cortados en tiras. Salamos un poco el pescado con sal de escamas o sal gruesa,  echamos encima de cada lomo de dorada dos pizcas de especias para pizza, una pizca e eneldo, de orégano, de perejil y variedad de pimientas molidas. Y por último partimos a la mitad un limón y una naranja, y disponemos dos rodajas de cada fruta  encima de cada lomo. Exprimimos el equivalente a un limón y una naranja medianos añadiéndolo a la bandeja por la zona donde hemos colocado las verduras, junto con un chorrito de vinagre normal y tres cucharadas de vinagre de Módena de vino blanco. Con el horno ya precalentado a doscientos grados, metemos la bandeja en el horno y esperamos treinta y cinco minutos, bajamos la temperatura a ciento cincuenta grados durante veinte minutos… ¡Y listo!

Col con patatas y canela (para cuatro personas):

Hace unos días preparé col en la olla y cuando la escurrí había algo que me pedía a gritos que lo aliñase así… 

Llené la olla de agua hasta la marca mínima, añadí dos cucharadas rasas de sal gruesa, y cuatro ajos pelados. Dejé entrar el agua en ebullición para echar una col partida por la mitad y en tiras, con dos patatas grandes peladas y troceadas en rodajas gordas. Cuando comenzó a hervir de nuevo cerré la olla y una vez cogió presión esperé diez minutos. Escurrí la verdura (guardando el caldo para otra ocasión), y la repartí en platos aliñándola con unas pizcas de canela y un chorrito de vinagre de Módena de vino blanco. Me encantó como quedo :)

Palometa con salsa y ración de verduras (para cuatro comensales):

Aquí va otra de mis improvisaciones espontáneas. Cuando vayáis a comprar la palometa pedirle al pescadero que os deje solo los lomos.  Lo congeláis durante dos días, y con dejarlo el día antes de cocinarlo en el frigorífico (en un plato o tupper) para que se descongele, vale. Primero pelamos y cortamos los culos de cuatro zanahorias grandes, y las cortamos en rodajas normales, luego troceamos media cebolla grande. Calentamos a fuego medio-alto una sartén grande con una cucharada de sal gruesa, otras dos cucharadas de aceite de oliva virgen y agua suficiente como para cubrir la cebolla y la zanahoria. Dejamos veinte minutos aproximadamente, removiendo cada cinco minutos y añadiendo un poco de agua cuando sea necesario para que no se pegue al fondo de la sartén. Una vez esté la zanahoria en su punto o un poco más hecha (dependiendo del gusto de cada uno), escurrimos todo y lo reservamos. Lavamos, aclaramos y secamos la sartén y llenamos de aceite de oliva virgen hasta cubrir un poco el fondo, y calentamos a fuego medio. Por otro lado, pasamos por huevo batido los lomos de palometa, luego por harina de maíz, y los colocamos en la sartén. Esperando entre cinco o diez minutos hasta darles la vuelta para que se hagan por la otra cara. Una vez frito el pescado lo escurrimos y reservamos con la zanahoria y la cebolla cocinadas. Echáis seis u ocho cucharadas de mayonesa en un cuenco con el zumo de un limón exprimido, y lo mezcláis hasta que quede homogéneo (si os parece muy líquido podéis añadir más mayonesa). Y ya tan solo es repartir las raciones y echar la salsa a gusto de cada uno.

Acelgas con zanahoria y cebolla (para dos personas):

Últimamente le he cogido el gusto a esto de cenar de vez en cuando acelgas, pero sin abusar de echar patata. Así que un día se me ocurrió prepararlas de esta manera, y la verdad es que se acompañan bastante bien. 

Tan solo hay que trocear una cebolla mediana-pequeña de tal manera que quede en gajos que separaremos, luego pelar dos zanahorias medianas, cortarlas por la mitad y trocearlas en tiras finas. Añadir a la sartén ya precalentada a fuego medio un vaso de agua, una cuchara de sal gruesa y un chorrito de aceite de oliva virgen. Dejar cocer quince minutos a fuego medio, removiendo cada cinco minutos. Y añadir cuatrocientos gramos de acelgas (frescas y lavadas, o congeladas y sacadas un día antes al frigorífico), mezclarlas bien y dejarlas a fuego medio otros diez minutos como mucho. ¡Y ya tan solo es servir!

Costilla de vaca al horno con uvas pasas (para cuatro personas):

La receta de hoy es otra receta espontánea que la verdad es que quedó buenísima. 

Primero compramos dos costillas de vaca medianas y le pedimos al carnicero que las corte a la mitad. Una vez en casa ya listos para cocinar, colocamos los cuatro trozos de costilla de vaca en la bandeja baja del horno, y la llenamos casi hasta el borde de agua (dejadla en los raíles y ayudaros de una jarra para llenarla). Añadimos una pastilla y media de caldo de carne, dividida en cuatro partes iguales, encima de las costillas. Una cuchara de de aceite de oliva virgen, una pizca de nuez moscada molida, una cucharada de perejil, unos chorritos de vinagre de Modena, y un puñadito de uvas pasas (todo ello por encima de la carne). Habiendo calentado ya el horno a doscientos grados, dejamos la bandeja durante media hora en el horno y, dando la vuelta a cada trozo de costilla con cuidado y colocando sus respectivas pasas encima otra vez, esperamos otra media hora… ¡Y listo! 

*En caso de que os sobre ración y necesitéis guardarla en el frigorífico, para calentarlo de nuevo y que quede bien poned el microondas al cincuenta por ciento de potencia durante seis u ocho minutos, y os quedará casi, casi, como recién hecho.

Ensalada con avellanas (para una persona):

Bueno, esta es otra de mis recetas de ensalada improvisada para cambiar un poco la rutina. 
Cortamos en gajos un tomate mediano, unas lascas de cebolla roja, troceamos dos tostadas de pan integral, dos lonchas de un dedo de grosor cada una de queso de cabra semicurado, y pelamos y partimos por la mitad ocho avellanas. Aliñamos con una pizca de sal, un chorrito de aceite de oliva y otro de vinagre de Modena. ¡Y listo!

Sopa de fideos con caldo de repollo chino (para cuatro comensales):

Habiendo cocido un día repollo chino de forma sencilla, decidí guardar el caldo para hacer una sopa con él. Así que ahí va otra invención sencilla de las mías... 

Primero añadimos el caldo a la cazuela por tazones, lo que dé de sí, el resto lo rellenamos con tazones de agua. Ponemos la cazuela a fuego alto, y una vez rompa a hervir añadimos cuatro puñados rasos de fideos (del grosor que más os guste), dejamos que rompa hervir de nuevo y bajamos a fuego medio. Removemos cada cinco minutos durante quince minutos, apagando el fuego y reservando la sopa una vez hecha. Ahora tan solo  tenemos que trocear: un tercio de una cebolla mediana y un trozo de pimiento rojo de tres dedos de largo en tiras como los fideos de largas y finas. Las freímos en una sartén con poco aceite a fuego medio hasta que se doren. Las escurrimos muy bien de aceite y añadimos a la sopa. Removemos hasta mezclarlo todo bien y listo.

Garbanzos con borrajas (para dos comensales):

Recuerdo haber probado esta receta en casa de alguna abuela, y un día vi las borrajas frescas. Así que decidí hacerlas. 
Cogemos un puñado de borrajas troceadas y las cocemos a fuego medio hasta que queden en su punto, Las escurrimos y reservamos el caldo. Freímos dos ajos cortados en láminas hasta dorarlos, con poco aceite a fuego medio. Los echamos por encima de las borrajas escurridas y reservamos también. Por último, habiendo dejado cuatro puñados de garbanzos grandes a remojo cubiertos de agua con una cucharada de bicarbonato durante dos días, y habiéndolos escurrido y aclarado varias veces. Los cocemos en la olla con el caldo de las borrajas, una pizca de perejil, otra de nuez moscada y dos ajos pelados (añadir más agua si es poca). Ponemos a fuego alto y cuando comience a hervir cerramos la olla en su posición normal o uno. Cuando coja presión bajamos a fuego medio-alto y esperamos cuarenta minutos… ¡Y listo! Ya solo es mezclar los garbanzos con las borrajas y su sofrito.

Coliflor rehogada al ajoarriero (para dos personas):

En casa de mi pareja y en la de mis abuelos maternos es típico rehogar la verdura así. Comerla siempre de esta manera aburre, pero una vez al mes, por ejemplo, no está mal. 
Primero se separan los cogollos de una coliflor mediana, ayuda de un cuchillo y cuidado, y se parten en gajos tres patatas medianas ya peladas y lavadas. A continuación añadimos todo a la olla con una  cucharada rasa de sal gruesa. Llenamos de agua hasta la mitad, ponemos el fuego al máximo y cuando comience a cocer cerramos la olla en su posición uno o normal. Una vez haya cogido presión bajamos a fuego medio-alto y la dejamos así durante quince minutos. Hecha la verdura, la escurrimos (pudiendo guardar el caldo para cocinar otro día) y extendemos en una fuente de cristal. Por último, en la misma olla añadimos seis cucharadas de aceite con tres dientes de ajo pelados y laminados, a fuego medio. Cuando los ajos estén en su punto o un poco dorados (a gusto de cada uno), apagamos el fuego y añadimos una cucharada de pimentón dulce. Removemos bien y agregamos sobre la verdura, ¡y listo!

Alubias picantillas (para cuatro comensales):

Un día, para cambiar un poco, cociné las alubias de esta manera y la verdad es que me gustó bastante, así que ahí va la receta. 
En primer lugar hay que poner en un cuenco grande ocho puñados de alubias rojas con agua hasta cubrirlas, y una cucharada de bicarbonato. Esto lo haremos dos días antes de preparar el plato, cambiando cada día el agua y renovando la cantidad de bicarbonato. Al tercer día, cuando vayamos a cocinar las alubias, tiramos el agua sucia y las lavamos con hasta tres veces. A continuación llenamos la olla de agua hasta la marca mínima, ponemos a fuego alto y cuando comience a hervir  echamos: una patata pequeña pelada y troceada, una cucharada de aceite de oliva, una cucharadita de sal gruesa, dos dientes de ajos pelados y picados, una cayena pequeña machacada, media cucharadita de pimientas molidas, una cucharada de miel y un limón exprimido. Dejamos hervir un minuto y añadimos las alubias a la cazuela y llenamos la olla hasta la marca máxima con agua. En cuanto comience a hervir de nuevo cerrar la olla en la posición uno. Esperamos a que coja presión y dejamos pasar 30 minutos con el fuego medio-alto. Mientras, troceamos en cuadraditos medio pimiento rojo y verde medianos, y los sofreímos con poco aceite y una cucharada rasa de pimientas molidas a fuego medio hasta dejarlos en su punto. Una vez cocinadas las alubias añadimos el pimiento a la olla con una cayena mediana molida y dejamos cocer a fuego medio cinco minutos mientras removemos con un cazo. Y listo, tendréis unas alubias con ese toque picante pero sin morir en el intento ;)

Chuletón con mantequilla y ciruelas pasas (cuatro comensales):

La verdad es que un chuletón llena bastante como para ponerle demasiado acompañamiento pero el detalle de las ciruelas pasas se me ocurrió y dio buen resultado. 
Lo primero desde luego es ir a una buena carnicería y comprar, o bien dos chuletones grandes  (que una vez estemos en casa partiremos por la mitad), o cuatro chuletones pequeños. Si sois muy fans de la carne y lo vais a preparar como plato único seguro que podéis meteros entre pecho y espalda uno grande vosotros solitos XD. 

Bien, para cocinarlos sólo hay que calentar la plancha a fuego medio-alto, una vez esté caliente añadir una lámina de mantequilla y el chuletón encima. Añadimos unas escamas de sal gruesa por encima del chuletón, y alrededor de él tres ciruelas pasas con un corte transversal. Una vez comience a sangrar el chuletón le dais la vuelta, y en cuanto comience a sangrar de nuevo lo retiráis del fuego poniéndolo en un plato o fuente con sus tres ciruelas pasas y los jugos que queden en la plancha con la mantequilla derretida. Repetís el proceso con las otras tres piezas de carne y listo. 

Es mejor comerlos cuando están recién hechos ;)

Puré de calabacín, pimiento, setas y queso (para cuatro personas):

Bueno, esta es una ligera variante del típico puré de calabacín con queso o nata, que me quedó bien. 
Colocamos la olla (mediana) a fuego alto llena de agua hasta la marca mínima, y añadimos: una patata grande pelada y troceada, un calabacín mediano troceado también, medio pimiento grande o cuatro pimientos pequeños de colores, cinco o seis setas (champiñones por ejemplo), una loncha de un dedo de grosor de queso semicurado, una cucharadita de cominos molidos y otra de tomillo. Una vez comience a hervir cerramos la tapa y, cuando coja presión la olla, bajamos a fuego medio-alto. Dejamos diez minutos y apagamos el fuego dejando que la olla se enfríe. Una vez haya perdido toda la presión la abrimos y escurrimos todo en un colador con un cuenco debajo. Batimos las verduras y si el puré queda espeso para vuestro gusto podéis añadir poco a poco el caldo sobrante, hasta dejarlo más líquido. 

Acelgas con tomate y chorizo (para dos comensales):

La verdad es que no soy muy de cocinar acelgas pero las ví en la tiendo y pensé en los años que llevaba sin probar esta receta típica... 
Primero lavamos y troceamos las acelgas para dos personas. Troceamos en porciones similares dos patatas medianas ya peladas, y un trozo de chorizo segoviano de cuatro dedos de largo (yo elegí uno con buen sabor pero sin ese toque excesivo a tocino). En una sartén echamos el culo de agua y dos cucharadas de aceite de oliva, una cucharada de sal gruesa y dos pizcas de tomillo. Dejamos romper a hervir a fuego alto, añadimos todo a la sartén junto con cuatrocientos veinte gramos de tomate frito. Y cuando comience a hervir otra vez, bajamos a fuego medio removiendo cada cinco minutos hasta que la patata esté en su punto. Y ya está, una receta sencilla y buena ;)

Arroz con verduras y cabracho (para cuatro comensales):

Un poco de improvisación personal y mi forma de preparar el arroz y listo. 
Primero ponemos una cazuela con agua a fuego alto, una vez comience a hervir añadimos dos cucharadas de sal gruesa, y ocho puñados con un poco de copete de arroz. Bajamos a fuego medio y  mantenemos durante quince minutos (removiendo cada cinco minutos). Una vez en su punto el arroz, lo escurrimos y reservamos en la misma cazuela. Mientras se cocina el arroz podemos trocear en cuadraditos una cebolla mediana, media berenjena mediana y, pelar y trocear igual cuatro zanahorias medianas y otras cuatro coles de Bruselas. Freímos las verduras troceadas con el aceite justo a fuego medio, una vez dore la cebolla escurrimos bien de aceite las verduras, y mezclamos con el arroz en la cazuela. 

El segundo paso es preparar el pescado, ponemos por dentro del cabracho una pizca de sal gruesa o de escamas, y dos rodajas de limón. Lo freímos a fuego medio con poco aceite y unos ajos laminados (en la cantidad que prefiráis), más o menos diez minutos por cada cara. Podéis preparar un cabracho por persona o uno para dos, eso ya depende del apetito de cada uno. Y ya tan solo es colocar la ración de arroz en cada plato y el pescado con sus rodajas de limón encima si queréis.

*Cuando vayáis a la pescadería, si tenéis un buen pescadero o pescadera, preguntad como es más conveniente cocinar cada pescado o marisco, y en consecuencia pedirle que lo limpie y despiece de una forma u otra. Cuando lleguéis a casa laváis el pescado por encima y lo guardáis en el congelador en un tupper o bolsa hermética para congelados, dejándolo un par de días congelado por si las moscas...O más bien por si los gusanos ;)

Empanadillas de verduras (para ocho raciones):

Esta receta es un experimento que se me ocurrió hacer en cierto momento y por suerte nos gustó. 
Bien, primero hay que pelar o limpiar y trocear en cuadraditos: cuatro zanahorias medianas, diez vainas medianas de judías verdes, medio puerro, medio pimiento rojo mediano, seis champiñones y medio brócoli. En una cazuela añadimos seis tazones de agua y ponemos a fuego alto hasta que comience a hervir, entonces añadimos a la cazuela las verduras dejándolas cocer dos minutos a fuego medio-alto. Escurrimos todo bien, reservando el caldo de verduras para otra ocasión, y mezclamos las verduras con doscientos gramos de tomate frito. A continuación hay que poner una cucharada de esta mezcla en cada oblea (necesitaremos treinta y dos para servir cuatro empanadillas por persona), doblar una a una por la mitad y con las púas del tenedor presionando de forma radial sellarlas. A partir de aquí tenéis tres opciones: la primera es freír las empanadillas hasta que doren escurrir bien y a comer. La segunda, colocarlas con mucho cuidado y bien separadas en tuppers y congelarlas para comerlas otro día. Y la tercera; colocar papel vegetal en la bandeja del horno y poner encima las empanadillas algo separadas, aplicar yema de huevo por encima de las empanadillas con una brocha para cocina, horneándolas a doscientos grados hasta que queden doradas... ¡Y listo!

Porrusalda con chorizo (para tres personas):

La verdad es que la porrusalda es una receta fácil y con cierto encanto. Tan solo hay que pelar tres patatas, lavarlas, y trocearlas dejando que los trozos se rompan en vez de cortarse por completo (empezamos haciendo el corte y a medio camino apalancamos con el cuchillo rompiendo lo que queda del trozo de patata que estamos cortando). Luego pelamos y troceamos cinco zanahorias algo grandes  y, cortamos y limpiamos un puerro mediano (yo suelo cortar todo más o menos al mismo tamaño pero cada uno puede trocear las verduras a su gusto.) Añadimos cuatro tazones de agua en una cazuela y una cucharada rasa de de sal gruesa. Dejamos a fuego alto hasta que el agua rompa a hervir y echamos las verduras en la cazuela, junto con un trozo de un chorizo para cocinar de ocho dedos de largo y troceado también. Dejamos hervir de nuevo y bajamos a fuego medio, removiendo cada cinco minutos durante media hora (hasta que la patata esté en su punto). Y por último ¡servir!

Mermeladas caseras (para dos tarros de 420 gr.) :

En primer lugar voy a explicar cómo hice la mermelada de melocotón que veis en la primera tostada, de izquierda a derecha, en la foto. Primero pelé y troceé seis melocotones medianos y los añadía a la cazuela junto con un limón exprimido y seis cucharadas de azúcar. Ponemos a fuego medio-alto removiendo cada cinco minutos durante cuarenta y cinco minutos. Podemos dejarla con trozos irregulares o batirla para obtener una textura más uniforme. Vertemos en un par de tarros de 420 gr. por ejemplo, pero sin llegar a llenarlos por completo. Así los podremos cerrar de inmediato y colocar boca abajo hasta que enfríen para que con el calor de la mermelada sellen. Esto es útil si queremos guardar las conservas hasta un año. Por último pegamos una etiqueta con celofán donde indiquemos la fecha en la que se hizo y sus ingredientes. 
En resumen: con un kilo o kilo y medio de fruta, verduras u hortalizas; un limón mediano exprimido y seis cucharadas de azúcar podéis hacer una mermelada casera. A base de hacerlas de diferentes frutas me he dado cuenta de que están muy buenas, incluso en ocasiones saben diferentes a las de las tiendas. Tienen menos azúcar, y podéis hacer vuestras propias mezclas: manzana y cerezas, plátano y fresas, calabacín y cebolla... ¡Ah! y que dependiendo de con que las hagáis serán más líquidas o consistentes.